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Barcelona aprobado y sancionado: Messi, como problema


Tal vez pensando en lo exitoso que fue Turin (0-2), en lo que considera el mejor partido de la temporada, Koeman ha alineado un mismo frente de ataque con Pedri, Dembélé, Messi y Griezmann. De Jong y Pjanic formó el mediocampista esperado antes de la caída de Sergio Busquets y Sergi Roberto le baten el pulso a Dest para jugar en el lado derecho. Se esperaba el resto. Era el de un Barça sin fútbol, ​​sin carácter, sin protagonismo, sin Messi. Su imagen es la de las lágrimas de Piqué. El uno a uno de un Barça a llorar.

Escudo / bandera de Barcelona

Ter Stegen. Tras realizar una de las mejores paradas de LaLiga de Saúl, corrió al 1-0 de Carrasco. No todo fue culpa suya, los errores de juego siguieron una cadena, pero el alemán demostró que no maneja bien los espacios cuando le sacan de portería. Un tema que lleva muchos años pendiente. Quizás por eso sale poco.

Sergi Roberto. Es un jugador del que no se puede pretender dar lo que tiene, pero está empezando a sufrir mucho por su región. Terminó como centrocampista y se lesionó. Tiene su propio amor, pero está en su límite. Y el nivel comienza a vencerlo. Tiene una lesión muscular en el bíceps femoral de la pierna derecha.

Pinchazo. Una de sus noches más oscuras como jugador del Barça. En el fútbol, ​​su actuación fue una monstruosidad. En medio de la primera parte, ya falló en un error gravísimo que lo arreglaron. Al borde del descanso insistió en la acción, perdió el control y permitió la transición al 1-0. Luego, la desgracia de la lesión. Salió llorando en uno de sus días más tristes como técnico azulgrana.

Lenglet. Uno de los pocos que ha mantenido la calma en el Barça. Arregló el lío de Piqué, jugó concentrado y estuvo cerca de rematar dos goles. No terminó bien, pero eso es lo único que no acertó. Digno.

Alba. Obedeció. No conectaba con Pedri, ya no conecta con Messi y le costaba sorprender. Pero jugó un juego profesional y se defendió.

Pjanic. No trajo nada nuevo. No tenía jerarquía en el campo. Tiró los córners que tiró mal, no gobernó el juego, hizo aguas con De Jong en el medio del campo … Suspenso.

De Jong. Su imagen es la de este jugador que, en el segundo minuto de la segunda parte, no consigue poner un pie de forma decisiva y se sale del camino en un duelo individual. Inaceptable en un jugador de 86 millones de euros que no liquida el partido y que se lo traga. Es profesional en su trabajo, pero eso no es suficiente.

Dembélé. Juega tu partido. Es pirotécnico, ideal para redes sociales. Pero pesa poco y si lo hace es peor. En vísperas del descanso, tras lesionarse el hombro, regateó y perdió un balón que acabó 1-0. Lo intenta, por supuesto, pero es un jugador que solo puede dar o recibir cosas por su cuenta. No es colectivo.

Messi. Confirmó lo que dijo en el aeropuerto de Barcelona a su regreso de Perú. Es un problema para el equipo. No ha actuado como capitán, lleva un año sin decidirse por un partido fuera de casa, lo que no es aceptable para un jugador que gana una fortuna y que es el Balón de Oro; y además su actitud no fue la mejor. Tampoco mostró su rostro después del juego, como se esperaba de un jugador con el brazalete en lugar de enviar a un joven de 17 años a los leones.

Pedri. Si no entra en contacto con el balón, sufre. Trabajó, pero fue el primer reemplazo de Koeman. Tuvo la valentía de mostrar su rostro a los 17 años tras una derrota en la que el resto de pesos pesados ​​se vino abajo.

Griezmann. Pobre. No se puede decir nada peor de un jugador. O si. Si no hubiera salido a la cancha, no se habría dado cuenta.

En la segunda parte, salieron:

Coutinho. Intrascendente. Flotó por el campo pero no fue notado. Un buen ejemplo de la falta de liderazgo del Barça, de la falta de carácter.

Dest. Su entrada tiene poco análisis porque a esas alturas el Barça ya era un caos táctico.

Trincao. Al menos lo está intentando y tiene una actitud que otros jugadores del Barça que necesitan un nuevo fuego no saben.

Braithwaite. Es abrumador, pero carece de calidad. Estuve allí para aprovechar un error de Oblak, pero no se resolvió.

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